De maestro de obra a constructor
Juan Carlos Bustos Gelvez, junto a su hijo Carlos Javier, ingeniero civil, dio un salto gigante y pasó de ser plomero, a crear una sociedad en la que compran terrenos, construyen casas y luego las venden.
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¿Recuerdan aquel dicho: “De tal palo, tal astilla”? Pues bien, la historia que vamos a contar hace referencia a los valores transmitidos a través del ejemplo, de un padre a su hijo.
Juan Carlos Bustos Gelvez, tiene 48 años de edad, veinte de ellos ejerciendo como maestro de obra en su natal Chinácota, Norte de Santander, a donde regresó después de prestar el servicio militar y de probar suerte en Venezuela como recolector de café.
Gracias a su oficio de albañil y con el apoyo de su esposa, Edith Belén Arias, profesora, sacaron adelante a sus dos hijos. La excelencia académica de ambos muchachos les abrió las puertas de la Universidad Nacional, donde el mayor Carlos Javier recibió el título de ingeniero civil y el menor, Juan David, de sicólogo.
“Yo terminé estudiando ingeniería civil porque desde pequeño me apasionaba todo lo que hacia mi papá, incluso lo acompañaba a las obras y le ayudaba a fundir placa”, recuerda Carlos Javier, el hijo mayor, quien a sus 24 años de edad se desempeña como ingeniero de diseño y soporte técnico en la compañía Pavco, conocimiento que perfeccionó gracias a una beca que le otorgó la OEA para cursar la maestría en obras hidráulicas con una universidad española.
Siendo ingeniero de diseño y soporte técnico en el campo de los tubosistemas, una de las tareas que Carlos Javier desempeña es la de dictar el módulo de conocimiento técnico y de producto a los plomeros que aplican para certificarse en instalaciones hidráulicas, a través del programa “Plomero Profesional”, en alianza con el Sena.
El hijo que se vuelve mentor de su padre
“Desde los últimos semestres, él me empezó a consultar. Por ejemplo, si estaba construyendo una escalera, yo lo apoyaba desde el punto de vista de la ingeniería en aspectos técnicos que él ignoraba”, cuenta Carlos Javier, quien también ha sido su soporte en cuestiones tan complejas como los cálculos y los diseños para levantar casas.
Y es que su papá, como les pasa a la mayoría de los plomeros colombianos, sabe hacer las cosas pero de forma empírica. “Tienen habilidad innata para cortar, soldar e instalar, pero nadie se ha sentado a explicarles el porqué de cada cuestión. Y ese precisamente es uno de los objetivos del programa. Permitirles a las personas ir más allá de sus conocimientos básicos”.
El pasado mes, don Juan Carlos fue uno de los 75 alumnos del módulo que impartió su hijo Carlos Javier en Cúcuta como inicio del nuevo ciclo del programa.
“Ese primer día me di cuenta que él sabe mucho, pero sobre todo que sabe explicar y que uno le entiende”, dice con orgullo don Juan Carlos, en tanto que para su hijo no deja de ser extraño el hecho de ver a su papá como alumno, juicioso y tomando apuntes.
“Mi papá es todero en el arte de la construcción y aprende muy rápido. Construye una casa desde cero, incluyendo las redes hidráulicas. Antes realizaba las instalaciones pero no hacía pruebas. Hoy en día lo hace de una forma técnica y usando los accesorios que son”.
La idea es que don Carlos reciba este año su certificación en las cinco normas que acreditan Pavco y el Sena. “El no terminó la primaria, así que éste será su primer diploma, y sé que esto le traerá nuevas oportunidades en su vida”.
Esta relación de padre-hijo, que luego se transforma en alumno-profesor, tiene un nuevo capítulo donde los dos crearon una sociedad, en la que cada uno aporta lo que sabe. “Compramos terrenos, construimos casas y las vendemos”, dice el papá. A la fecha han vendido cinco, generado empleo en el municipio y van por más.
Para don Juan Carlos, una frase resume lo lejos que puede llegar una familia cuando hay amor y ganas de por medio: “La unión sí que hace la fuerza”. Para Carlos Javier, su papá es la prueba de que “sin importar el origen de las personas, siempre se puede echar p´lante y alcanzar cualquier meta que uno se proponga”.
Programa "Plomero Profesional"
Don Juan Carlos es uno de los 700 colombianos que este año recibirá el título de plomero profesional, programa de certificación por competencias creado en 2009 por Pavco en alianza con el Sena.
En ocho años de existencia del programa, ha graduado cerca de 4.500 alumnos, y en 2017 llegará a 13 ciudades del país, donde los plomeros y fontaneros, como él, podrán acreditarse como competentes en labores de Instalaciones Hidrosanitarias e Instalación de Redes de Agua Potable, Desagües y Contra Incendio; e instalación de redes de acueducto y alcantarillado, luego de 60 horas de formación en conocimiento técnico, crecimiento personal y cultura del servicio.