Radiografía del contrabando de acero, hierro y aluminio
Las autoridades colombianas han aprehendido más de $2.000 millones de estos materiales de contrabando en lo que va del 2018. El problema tiene dos orígenes claramente identificados: China y Venezuela.
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Las acciones contra este delito buscan conjurar problemas que involucran, además de los efectos económicos, riesgos de seguridad en las construcciones. También se pretende evitar el contrabando técnico de estos materiales, que puede aumentar por cuenta de la decisión de Estados Unidos de imponer un arancel a estos productos y, por ende, la necesidad de encontrar mercados sustitutos para esos envíos.
Voceros de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) y la Policía Fiscal y Aduanera (POLFA) y los gremios que agrupan a los empresarios del sector hicieron una radiografía de la situación actual en una rueda de prensa, en la que anunciaron que se estima que un 30 % de estas materias primas entró de forma ilegal a Colombia.
En 2018 se han intensificado los operativos, pero desde la expedición de la Ley Anticontrabando (julio de 2015) se aprehendieron 96 toneladas de hierro, acero y aluminio en más de 115 acciones de las autoridades, tanto en las zonas de frontera como en medios de transporte, centros de distribución y áreas de almacenamiento.
Cúcuta, Riohacha, Valledupar, Santa Marta, Pereira y Bogotá son las ciudades donde se aprehendieron 47.320 kilos de barras corrugadas y 34.779 kilos de tubos de acero, a los que se suman 13.954 kilos de aluminio, según informó el coronel Nicolás Carmen Aristizabal, subdirector de la POLFA.
Las aprehensiones han ido aumentando año tras año. Durante el 2016 se valoraron en $607 millones, ya en el 2017 ascendieron a $2.172 millones y en lo que va del 2018 superan los $2.013 millones.
Venezuela y el acero subsidiado
El problema tiene dos orígenes claramente identificados: China y Venezuela. Según explicaron el subdirector de Gestión de Fiscalización Aduanera, Javier Franciso Reina, y Juan Camilo Ramírez, vocero de Camacero (gremio que aglutina empresas relacionadas con la importación, distribución, producción, transformación, construcción y uso del acero), lo del país vecino tiene origen económico e implica riesgos para las construcciones colombianas.
En Venezuela el acero es subsidiado, eso significa que lo que se trae de contrabando a Colombia se comercializa a un precio que oscila entre 1.650 y 1.700 pesos el kilo, cuando el que entra legalmente o se produce acá vale de 2.100 a 2.150 pesos. Un rollo de laminado en caliente, por ejemplo, cuyo costo normal es de 700 dólares, puede valer 400 dólares.
La diferencia es más notoria si se tiene en cuenta que este material se comercializa por toneladas en sus distintas presentaciones, como láminas en caliente, tuberías y barras corrugadas.
Sobre este último insumo, que es el que sirve como esqueleto a las construcciones, los voceros advirtieron que las que se producen en Venezuela no cumplen el reglamento técnico que aplica Colombia para asegurar la resistencia de las edificaciones contra temblores y terremotos.
La razón es que Colombia, por su ubicación y geología, (un 80 por ciento de su territorio está en zona de riesgo sísmico) tiene unas condiciones diferentes a las de Venezuela y los requerimientos estructurales de sus construcciones también son diferentes.
Cuento chino
El otro gran foco es China. En este caso el producto ingresa bajo la modalidad que se conoce como contrabando técnico, o sea con documentos falsos.
Las acciones de control de la DIAN y la POLFA, que cuenta con el respaldo técnico e informativo de Camacero y la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), no se limitan a los puertos, sino que incluyen control a vehículos en carretera, presencia en depósitos y puntos de comercialización, sobre todo ferreterías.
Gracias al trabajo sostenido se han producido hallazgos como un contenedor lleno de tubos de perforación en Pereira, así como 13.954 kilogramos de aluminio en Norte de Santander y 8.747 unidades entre tubos de acero y barras corrugadas.
Los aranceles impuestos por Estados Unidos a China dejan libres en el mercado 1.200 toneladas de hierro, acero y aluminio. Parte de esos materiales podrían llegar a Colombia, no solo para el consumo interno, sino que, por su posición estratégica, el país sería punto de salida hacia otros lugares.
Ofertas sospechosas
Los voceros de la POLFA, Camacero, DIAN y ANDI coincidieron en que el primer aspecto para dudar de la legalidad del hierro, el acero o el aluminio es el precio. Cuando está por debajo de los costos normales, el producto es sospechoso.
También hay que tener en cuenta la forma de comercialización. Los contrabandistas no manejan locales debidamente legalizados, sino que a veces llegan, parquean una tractomula frente a la ferretería y van haciendo la oferta.
Además, los voceros hicieron un llamado a los pequeños comerciantes y constructores para que se abstengan de adquirir, comercializar o utilizar estos productos, por los peligros que implican tanto para las obras, como por las consecuencias negativas que el contrabando trae para Colombia.
Denuncie
La ciudadanía puede denunciar oportunamente cualquier irregularidad o sospecha sobre la comercialización ilegal de mercancías a los números telefónicos:321 3942169 y 2611554, al correo polfa.anticontraban@policia.gov.co o a través de: http://www.todoscontraelcontrabando.gov.co/#denuncie, también disponible como app para iphone y Android.
Fuente de información: www.todoscontraelcontrabando.gov.co