En un sector históricamente liderado por hombres, la arquitecta colombo-estadounidense Paola Moya irrumpe como una figura que no solo transforma ciudades, sino también narrativas. Su regreso a Colombia con Calya Provenza, un proyecto que mezcla sostenibilidad, experiencia sensorial y memoria cultural, llega en un momento crucial, cuando el país enfrenta uno de sus mayores retos en materia de equidad en arquitectura, construcción y liderazgo empresarial.

Según la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), la construcción de edificaciones genera 1,7 empleos directos y 4 indirectos, y mueve el 54 % del aparato productivo del país. Sin embargo, el dato más contundente es la brecha, el 93 % de los empleos en el sector son ocupados por hombres y solo el 7 % por mujeres. La presencia femenina en roles de dirección también es limitada. De acuerdo con ANIF, apenas el 27 % de las MiPymes colombianas están lideradas por mujeres. Y aunque hubo un avance histórico este año, la participación femenina en juntas directivas de emisores de valores apenas llegó al 25,6 %, según el Centro de Estudios en Gobierno Corporativo del CESA.

La arquitecta Paola Moya se ha convertido en una de las voces más influyentes del diseño contemporáneo en Estados Unidos, y ahora vuelve a su país con un proyecto que promete transformar la manera en que Medellín vive el espacio, la cultura y el bienestar, Calya Provenza, una obra que mezcla arquitectura, naturaleza y sensibilidad local.

Su visión, que ha sido reconocida con premios como el WAN Female Frontier Award, el Minority Business Leader of the Year, varios galardones de la AIA y NOMA y menciones del Washington Business Journal donde ha sido destacada en Power 100 Playmakers, 40 Under 40 y Women Who Mean Business, se ha convertido en referente de liderazgo creativo. Incluso, fue invitada por la exvicepresidenta Kamala Harris a una mesa redonda en la Casa Blanca sobre liderazgo femenino y empresas pequeñas, y su tesis fue presentada en la Cumbre Humanitaria de la ONU.

 Moya, CEO y Chief Creative Officer de Moya Design Partners (MOYA) ha dirigido proyectos emblemáticos en Estados Unidos, entre ellos la renovación del histórico Howard Theatre, el estadio Audi Field, el MGM National Harbor y el CareFirst Arena, además de contribuir a los estudios del Smithsonian para los museos nacional de la historia de la mujer y del latino estadounidense. Su firma ha desarrollado miles de unidades de vivienda asequible, equipamientos urbanos, colegios y parques que han fortalecido ciudades y comunidades completas.

Nacida en Colombia y formada profesionalmente en Estados Unidos, Paola describe su enfoque como un puente entre emociones y estructura, entre su sensibilidad colombiana y la disciplina del diseño norteamericano. “De Colombia llevo la cercanía con la gente y la riqueza cultural; de Estados Unidos, la rigurosidad y el sentido de responsabilidad que implica transformar una ciudad desde el diseño”, afirma. Su arquitectura se mueve en lo que ella llama “el punto de equilibrio”, donde conviven la precisión técnica y la poesía del paisaje, donde la estética dialoga con el propósito social.

Su regreso al país está marcado por ese mismo espíritu. Calya Provenza, su primer proyecto en Colombia, es más que un edificio, es un refugio sensorial inspirado en Medellín y en la manera en que esta ciudad florece entre montañas, reinvención y creatividad. Provenza fue el territorio de inspiración. Allí, las raíces de los árboles se mezclan con el concreto, las fachadas se cubren de verde y la vida ocurre al aire libre. Esa relación entre lo urbano y lo orgánico se convirtió en el corazón del proyecto, cuya fachada evoca el movimiento de las hojas y cuyos interiores dialogan con formas fluidas que parecen respirar.

La narrativa del edificio está guiada por un símbolo profundamente colombiano, la orquídea. Colombia es el país más diverso del mundo en esta flor, con más de 4.200 especies, y su elegancia resiliente se convirtió en el hilo conductor del diseño. Cada piso del edificio representa un momento en la vida de la orquídea, la raíz con texturas minerales y tonos tierra; el tallo con verdes que evocan vitalidad; y los pétalos en la parte superior con colores suaves, luz natural y una sensación de apertura que inmediatamente transmite calma. Todo está pensado para que la persona no solo observe el espacio, sino que lo sienta.

Para Moya, diseñar con propósito social significa que la arquitectura debe servir antes que impresionar. “La belleza importa, pero no es suficiente. El diseño tiene que generar bienestar, oportunidades y orgullo”, afirma. Por eso, Calya fue concebido para activar la economía local, incorporar talento y oficios artesanales colombianos y proyectar la identidad de Medellín a través de materiales honestos y experiencias sensoriales que celebran el territorio.

Su regreso a Colombia no es un retorno nostálgico, sino creador. Es la oportunidad de aportar al territorio donde nació su imaginación. “Formarse en el mundo y regresar a casa es una oportunidad para transformar desde adentro con respeto, experiencia y nuevas ideas”, afirma. Con Calya, Paola Moya marca el inicio de una nueva etapa en la que el diseño se convierte en puente entre identidad, bienestar y futuro. Y Medellín será el escenario donde esta visión tome forma.