Las constructoras que no cumplen con las normas de seguridad industrial  pueden verse afectadas por demandas, sanciones de tipo económico, y dependiendo de la gravedad del accidente del obrero llegar hasta la quiebra.

Con el tiempo las empresas se han vuelto más responsables con la seguridad de los trabajadores, se han dado cuenta que es más fácil invertir en la prevención que  responder por un percance.

Antes el tema de seguridad era más empírico, actualmente las constructoras cuentan con departamentos de seguridad industrial, con sistemas de gestión, y velan  porque se implementen todas las medidas que están por ley en la normatividad, además las ARL se han encargado de que se hagan esos controles en las compañías.

“No obstante en los proyectos aún se ven obreros que están trabajando en alturas mal anclados, se relajan porque  llevan haciéndolo toda la vida, también se nota la falta de seguridad cuando se utilizan herramientas que generan ruido, se protege quien maneja la máquina pero los que están alrededor no son conscientes de que también pueden verse afectados”, indica Montoya.

A veces las capacitaciones que se hacen en las constructoras son muy técnicas y poco efectivas, pero hay otras alternativas para que los obreros se acostumbren a ser más seguros, como hacer campañas, carteleras o concursos entre los mismos trabajadores.

“Se recomienda a las constructoras realizar charlas, talleres, hacer de la seguridad algo más dinámico e involucrar más a los trabajadores y sus familias, llevarlos a comprender que en sus casas los están esperando”, señala la supervisora de seguridad.