materiales 1 de noviembre, 2018

Fibras naturales nueva cara de la industria de la construcción

Ingenieros colombianos inventan un material laminado biodegradable que disminuiría altamente la contaminación en Colombia.  
Fibras naturales para construcción.

¿Hay la posibilidad de que exista un material que pueda remplazar a aquellos eternos en su degradación como el plástico o la fibra de vidrio? Los techos interiores, las divisiones de paredes, las mesas, las bibliotecas, los mobiliarios de jardines, las barandas, los marcos de ventanas, y los pisos entre otros, serán los protagonistas en un futuro cercano porque su construcción partirá de un nuevo material laminado biodegradable, de aspecto altamente estético y con propiedades mecánicas llamativas.

Este material fue inventado por tres ingenieros que utilizaron un polímero extraído del maíz y los unieron a unas fibras naturales obtenidas de la palma cuyo nombre científico es Manicaria Saccifera comúnmente llamada Cabecinegro, nativa de la región pacífica colombiana.

Esta nueva patente amparada bajo el proyecto denominado “Bio-laminados de fibra natural colombiana” es una iniciativa de investigación apoyada por Colciencias. La investigación fue realizada por los ingenieros Alicia Porras Holguín, Alejandro Marañón León, profesores de los departamentos de Ingeniería Química e Ingeniería Mecánica de la Universidad de los Andes, y Camilo Hernández Acevedo, ingeniero mecánico y profesor de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.

El novedoso material biodegradable se perfila como alternativa para contrarrestar el uso de polímeros tradicionales que comúnmente se encuentran en piezas para automóviles y materiales para construcción como la fibra de vidrio, y diversos plásticos cuya vida útil en operación puede ser similar a la del nuevo laminado, pero su degradación después de llevar a disposición los distancia por cientos de años.

Según la ingeniera Alicia Porras, estos bio-laminados son elaborados a partir de una mezcla compuesta por; primero, la fibra natural obtenida de la Palma Cabecinegro que tiene presencia especialmente en zonas inundables en el departamento del Chocó y segundo, el Ácido Poli-láctico (PLA), un polímero derivado de la fermentación del maíz, que no proviene de fuentes petroquímicas lo que lo hace totalmente sostenible y renovable.

Y es precisamente esta la principal característica de la innovación, ya que, aunque los dos componentes poseen buenas características mecánicas, al momento de llevarlos a un relleno sanitario tardarían máximo 8 meses en iniciar su degradación, a diferencia de otros compuestos o polímeros que tardarían cientos de años en desaparecer.

Para el ingeniero Alejandro Marañón, esta innovación ahora patentada, tiene la posibilidad de abrir el panorama sobre los materiales que hoy en día se pueden utilizar en la elaboración de diversos objetos. “Hemos logrado evidenciar que este compuesto tendría aplicabilidad en la elaboración de piezas de autos, construcción de elementos mobiliarios, utensilios deportivos como raquetas, tablas de surf, marcos de bicicletas, entre muchos otros. Esto solo depende de la creatividad de las personas”.

¿Cambiará la ley para los productos biodegradables?

Colombia ya se prepara para un cambio de mentalidad frente al cuidado del medio ambiente. Así lo cree el ingeniero Camilo Hernández quien manifiesta que “aunque el mercado de fibras naturales tiene actualmente auge en Europa, debido a las leyes creadas con el fin de garantizar la biodegradación o reciclaje de todo tipo de artículos de uso diario y vehículos; en Colombia la situación es diferente, debido a que hasta ahora se está empezando a explorar la materia y no existen leyes que obliguen el uso de materiales biodegradables”.

Uno de los obstáculos para implementar estos materiales renovables son los altos costos de producción que se enfrentan a los usados tradicionalmente. “Por esta razón, se siguen construyendo autos y objetos con partes de polímeros tradicionales porque son más económicos frente a los biodegradables”, afirma el docente.

Sin embargo, estos elementos poseen niveles de degradación que sobrepasan los límites necesarios para garantizar una preservación del medio ambiente. “Es por esto, que nosotros le estamos apostando a la sostenibilidad y a demostrar que sí se puede hallar alternativas renovables en nuestro alrededor”, manifiesta el investigador.

Acerca de los investigadores

Los responsables de llevar a cabo todo el proceso de creación, experimentación y aplicación, son tres doctores expertos en diferentes ámbitos de la ingeniería, que decidieron unir sus conocimientos en pro de la realización de un nuevo material que contribuyera a reducir los altos índices de residuos sólidos en el país.

Esta iniciativa de encontrar nuevos materiales compuestos usando fibras naturales la inició, el profesor e ingeniero mecánico, Alejandro Marañón hace más de diez años.

Posteriormente, Alicia Porras, ingeniera química y profesora de la Universidad de los Andes, se hizo cargo de este proyecto y desarrolló el material como parte de su tesis de doctorado. Finalmente, como parte de la realización de su investigación posdoctoral, ingresó a la investigación Camilo Hernández, ingeniero mecánico y profesor de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito.

La patente

Desde finales del año 2015 se presentó la solicitud de patente del material compuesto y su método de fabricación ante la Superintendencia de Industria y Comercio, entidad que hace pocas semanas la otorgó a estos tres investigadores mediante la resolución 57508 que tendrá vigencia hasta el año 2035.

Para Camilo Hernández, el paso a seguir después de haber conseguido la patente es tener la posibilidad de empezar a comercializar los bio-laminados y entrar a competir en un creciente mercado, sumamente vital para la preservación de la vida en general. 

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